La única razón por la que somos miembros de la familia de San Eugenio es porque Jesucristo nos ha llamado para ello.
No somos hermanos y sacerdotes porque nuestros corazones sangren por quienes sufren y se encuentran abandonados. No somos asociados por encontrar un lugar para cumplir nuestro deseo filantrópico de ayudar a los pobres. No somos miembros de la Familia Mazenodiana ampliada por solo sentirnos bien de participar y apoyar el ministerio de los Oblatos.
El llamamiento de Jesucristo, que se deja oír en la Iglesia a través de las necesidades de salvación de los hombres, congrega a los Misioneros Oblatos de María Inmaculada
Jesucristo es quien NOS LLAMA – y esta debe ser la única razón por la que nos unimos a la familia Mazenodiana. Es una vocación y respondemos en forma directa a Jesús el Salvador, quien nos llama a través de la necesidad de salvación de las personas.
Y los invita a seguirle y a tomar parte en su misión por la palabra y por la acción.
Es Jesús quien nos invita a seguirle y en ello nos invita a compartir su misión en cualquier forma que sea posible según nuestra forma de vida, como apoyo y co-operadores, como asociados laicos o religiosos consagrados y sacerdotes. Porque conformamos la familia de San Eugenio
Cooperando con Cristo Salvador e imitando su ejemplo, se consagran principalmente a la evangelización de los pobres
CC&RR Constitución 1
El punto de partida debe ser nuestra relación con Jesús el Salvador. De no ser así, permanecemos en el nivel de bienhechores. Con Eugenio somos invitados a decir:
Dios mío, ya está decidido, en adelante y para toda mi vida, solo a ti dirigiré todo mi afecto y todas mis acciones. Complacerte, actuar por tu gloria será mi ocupación diaria, la ocupación de todos los instantes de mi vida. Solo quiero vivir para ello, solo quiero amarte a ti y a todo lo demás en ti y a través de ti. Desprecio las riquezas, pisoteo los honores, eres todo para mí, ocupas el lugar de todo, Dios mío, mi amor y mi todo. “Deus meus et omnia“.
Notas de retiro en preparación para la ordenación sacerdotal,
Diciembre 1-21, EO XIV núm. 95
“Eres la raíz y solo Dios sabe cómo será la flor.” William P. Young
