¿Por qué Eugenio se convirtió en sacerdote?
Le conmovió la situación de los pobres, cuya fe había sido debilitada o destruida por la Revolución. Verlos a través de los ojos del Salvador le instó a dedicarse a hacer renacer su fe y abrir sus corazones endurecidos a la redención.
Lo que quiere de mí es renunciar a un mundo en el que es casi imposible salvarse, dada la apostasía reinante, que me entregue más especialmente a su servicio con el fin de reavivar la fe que se extingue entre los pobres. En una palabra, que me disponga a cumplir toda orden que me dé para su gloria y para la salvación de las almas que ha rescatado con su preciosa sangre.
Carta a su madre, Junio 29, 1808, EO XIV núm. 27
Con estas palabras Eugenio anunció su decisión a su madre. Un año después confirmó el mismo sentimiento de no poder permanecer como espectador ocioso ante la triste situación de la religión a su alrededor:
Cree usted, que el hombre que viera claramente las necesidades de la Iglesia y que a pesar de lo que Dios le da para socorrerla y otras señales que manifiestan su voluntad, prefiere quedarse con los brazos cruzados, gimiendo mansamente y a escondidas por estos males, sin dar un paso para sacudir un poco los corazones endurecidos de los hombres ¿cree que podría estar con la conciencia tranquila?
… y aunque en toda la vida sólo se facilitara a una sola alma el medio de salvarse, quedaría uno más que pagado de todas sus penas.
Carta a su madre, Abril 4, 1809, EO XIV núm. 50
Se trató de un ideal que comunicó a los primeros Oblatos:
La consideración de esos males ha conmovido el corazón de algunos sacerdotes celosos de la gloria de Dios, que aman entrañablemente a la Iglesia, y están dispuestos a entregar su vida, si es preciso, por la salvación de las almas.
Prefacio
“Cuando un buen hombre es herido, todos los llamados buenos deben sufrir con él.” Eurípides
