EL AMOR DEL SALVADOR Y EL AMOR MATERNO

Treinta años después, Eugenio aún recordaba vívidamente la lucha en contra de la oposición de su madre a su vocación. Su reacción, y la de su abuela, debe haber sido muy intensa para él, para utilizar un lenguaje tan fuerte después de tantos años

Renuncié a las dulzuras de la vida privada y me arranqué con violencia de los abrazos de la ternura maternal, personificada sobre todo en mi abuela, cuyo ídolo era yo, y tras haber iniciado ciertas obras de caridad con los enfermos y los prisioneros, abracé el estado eclesiástico pues sólo en ese estado podía realizar lo que mi corazón me inspiraba hacer por la salvación y por tanto, la felicidad verdadera de los hombres.

Diario, Marzo 31, 1839, EO XX

La intensidad de la mirada del Salvador había ciertamente penetrado en su corazón, siendo llevado a dedicarse a guiar a los demás a lo que había experimentado como la única fuente de felicidad verdadera – sin importar el costo personal.

El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de Mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de Mí” Mateo 10:37

Para completar el panorama, debemos decir que Madame de Mazenod sería más adelante una de las personas que más apoyó a su hijo sacerdote. Sin su ayuda, muchos de los proyectos  misioneros para la “felicidad verdadera de la gente” no habrían sido posibles.

DeMazenod_200th_banner Spanish

“Aquí estoy, no puedo hacer nada más. ¡Dios, ayúdame!”    M. Luther (palabras dichas en un contexto muy diferente, pero muy acorde a todas las decisiones que abarcan nuestra relación con Dios)

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *