«Profundamente conmovidos» por la situación de la gente abandonada, los Misioneros continuaron explicando su visión:
Petición de Autorización Dirigida a los Señores Vicarios Generales de Aix, Enero 25, 1816, E.O. XIII n.2 Es una muy afligida descripción de la realidad de la Iglesia en Provenza. Apabullada por los excesos de la Revolución Francesa y por Napoleón, la Iglesia se encontraba ahora en la etapa de restauración, reconstrucción y recuperación. Los edificios de las iglesias habían sido destruidos o profanados, los monjes y monjas habían sido expulsados o asesinados y sus monasterios y conventos habían sido expropiados y vendidos. Un gran número de sacerdotes habían sido asesinados o ido al exilio fuera de Francia (como los Mazenod). Quienes se quedaron habían ya fuera «vendido sus almas», jurando lealtad a la constitución civil, o se escondían dando servicio clandestinamente, poniéndose en riesgo (nuestros Padres fundadores Mie y Maunier habían sido parte de lo último). Con Napoleón la situación se había calmado un poco, algunos seminarios habían reabierto y los sacerdotes exiliados comenzaban a regresar – bajo un control gubernamental draconiano. Los afectados eran los cristianos: no fue su culpa haberse convertido en indiferentes y duros. Nadie se había ocupado de proporcionarles un ministerio significativo – realmente se encontraban abandonados y sin dirección en cuanto a su fe. Esta situación fue lo que conmovió profundamente a Eugenio y sus compañeros. La iglesia local se preocupaba pastoralmente por su salvación, pero aun con la mejor intención de quienes participaban, seguía siendo insuficiente e incluso no útil. La tarea era enorme y pocas las personas disponibles. De ahí la necesidad de una intervención decisiva. La respuesta de Eugenio ante esta dolorosa situación es descrita en el Prefacio:
Profundamente conmovidos, los Misioneros se unieron para ayudar a los pastores locales a remediar la situación. Hoy en día la familia Mazenodiana sigue brindando la misma ayuda propuesta en nuestra Regla: Por amor a la Iglesia, los Oblatos cumplen su misión en comunión con los pastores que el Señor ha puesto al frente de su pueblo… En las Iglesias locales donde trabajan, coordinan su actividad misionera con la pastoral de conjunto y colaboran fraternalmente con los demás obreros del Evangelio. CC&RR, Constitución 6
|
-
Entradas recientes
- LA CIUDAD DE ROMA COMO COMPENDIO DEL CRISTIANISMO
- GRACIAS A LA LENTITUD DE MONSEÑOR, AÚN NO HE VISTO A NADIE
- ¡QUÉ RECUERDOS, QUÉ RESPETO, QUÉ DEVOCIÓN INSPIRAN ESTOS OBJETOS!
- LA VISTA DE ESTOS PENITENTES ME EDIFICÓ Y ME CONMOVIO
- SAN FRANCISCO JAVIER – PATRONO DE LAS MISIONES – SAN EUGENIO DE MAZENOD – 30 AÑOS DE LA CANONIZACIÓN.
Comentarios recientes
- Rosa Emilia Simbron Cano Vda. De Távara LaOMI en LA CIUDAD DE ROMA COMO COMPENDIO DEL CRISTIANISMO
- Rosa Emilia Simbron Cano Vda. De Távara LaOMI en GRACIAS A LA LENTITUD DE MONSEÑOR, AÚN NO HE VISTO A NADIE
- Rosa Emilia Simbron Cano Vda. De Távara LaOMI en ¡QUÉ RECUERDOS, QUÉ RESPETO, QUÉ DEVOCIÓN INSPIRAN ESTOS OBJETOS!
- Rosa Emilia Simbron Cano Vda. De Távara LaOMI en LA VISTA DE ESTOS PENITENTES ME EDIFICÓ Y ME CONMOVIO
- Rosa Emilia Simbron Cano Vda. De Távara LaOMI en SAN FRANCISCO JAVIER – PATRONO DE LAS MISIONES – SAN EUGENIO DE MAZENOD – 30 AÑOS DE LA CANONIZACIÓN.
Archivos
Meta
