FINANZAS: COOPERANDO CON LA DIVINA PROVIDENCIA

Desde Roma, Eugenio comparte sus preocupaciones acerca de las finanzas de los Oblatos y de la obligación de cubrir las necesidades de los miembros en el futuro.

Quisiera que no perdiera usted de vista algo que continuamente me preocupa, y es que nadie en nuestra Compañía tiene un centavo, y que el día que falten ciertos recursos, tendremos problemas para alimentar y vestir a tanta gente;
sé que hay que contar con la divina Providencia, como aconseja la sabiduría cristiana.
Por eso he tenido siempre el propósito de reunir un capital que pueda cubrir las necesidades más urgentes, sin la idea de atesorar, sino para suplir a las dotaciones que todas las Congregaciones tienen en todos los países del mundo, pues si ocurriera que algún día nos quedáramos sólo con la retribución de las misas, no tendríamos con qué hacer avanzar a nuestras comunidades. Si se emplea el dinero en construcciones, quedamos en cero. Piénselo bien, porque quienes se entregan a Dios en la Compañía, tienen derecho a que se cubran sus necesidades.

Carta a Henri Tempier, Enero 20, 1826, EO VII núm. 219

 

“El futuro comienza hoy, no mañana.”    Papa Juan Pablo II

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