LO MÁS HERMOSO QUE PODEMOS EXPERIMENTAR ES LO MISTERIOSO

Mientras aguardaba la audiencia con el Papa, Eugenio continuaba visitando los santos lugares de Roma. Su diario a menudo muestra su asombro por los lugares o las celebraciones.

Terminada la entrevista, fui a San Pedro donde estuve admirando, durante más de una hora, las bellezas de esa iglesia que nunca uno se cansaría de contemplar.

Diario en Roma, Diciembre 16, 1825, EO XVII

 Dos días después volvía a la Basílica de San Pedro para una ceremonia de beatificación:

 Este día tenía que ser memorable. He ido a San Pedro; monseñor Mazio me hizo situar en el recinto privilegiado desde donde he visto y oído a las mil maravillas. Vi primero toda la parte de la iglesia que está entre la confesión y el fondo de la iglesia, donde está la cátedra de San Pedro sostenida por cuatro doctores de la Iglesia, dos latinos y dos griegos, iluminada por innumerables cirios con ocasión de la beatificación de Angel de Acri, sacerdote, misionero capuchino, cuyo cuadro cubierto por un velo y rodeado de antorchas estaba colocado a gran altura…
Apenas terminada la lectura del decreto, quitaron el velo que cubría el cuadro del santo, y el prelado oficiante entonó el Te Deum. Celebró a continuación la misa solemne del nuevo Beato. La música vocal de esa misa, acompañada sólo por el órgano, era maravillosa.

Diario en Roma, Diciembre 18, 1825, EO XVII

 

“Lo más hermoso que podemos experimentar es lo misterioso. Es la fuente de todo el arte real y la ciencia. Aquel para quien esta emoción es desconocida, quien no pueda ya hacer un alto y perdurar asombrado, puede igual estar muerto; sus ojos se encuentran cerrados” Albert Einstein

Esta entrada ha sido publicada en diario y etiquetada como , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *