Otro joven Oblato en formación en Aix, Hippolyte Guibert, se preparaba para recibir la ordenación al diaconado. Eugenio le escribe para felicitar y animarle. Aun cuando no hay una persecución abierta, como en tiempo de los primeros cristianos por los judíos y paganos, los jóvenes clérigos necesitaban fortaleza para trabajar en la Francia de ese tiempo, que podía ser fuertemente anti-clerical y difícil.
Con unos días de anticipación, mi querido y buen amigo, quiero felicitarte y alegrarme de tu futura promoción al orden del diaconado. Te deseo mi querido hijo, todas las virtudes heróicas de los santos que pronto serán tus patronos. Aunque no vivamos ni en el centro del judaísmo, ni entre los paganos, nos han sin embargo acostumbrado a un género de persecución que nos hace dar ese “robur”, con el cual el Espíritu Santo favorece a los diáconos, bien necesario y del que me lisonjeo harás buen uso en toda ocasión.
Carta a Hippolyte Guibert, Diciembre 15, 1824, EO VI núm. 160
“No ores por vidas fáciles. Ora por hombres más fuertes.” John F. Kennedy