El objetivo del retiro fue ayudar a Eugenio a fortalecer sus recursos para el ministerio sin reconocimiento que realizaba en la diócesis.
Sin embargo, dentro de dos días voy a encontrarme de nuevo en contacto con él. Tengo que volver a mi puesto. Será, así lo espero, para seguir cumpliendo mi deber, para procurar con todos los esfuerzos de mi celo devolver un poco de vida a una diócesis muerta aunque tenga cierta apariencia de salud; nuevos gritos se van a levantar sin duda, nunca se reforma sin molestar, sin herir a mucha gente;
La única forma de sobrevivir era mantener el motivo de su esfuerzo:
no importa; tengamos la vista puesta solo en Dios, en el honor de su Iglesia y la salvación de las almas que nos son confiadas; consultemos solo la Sabiduría divina, despreciemos la sabiduría humana y Dios nos ayudará. Pero hace falta mucha virtud para sacrificar el propio descanso al deber, para afrontar el odio y la persecución de los hombres precisamente por hacer bien a los hombres. Esa virtud no se adquiere ni se conserva más que por la unión con Dios, con el rezo y la oración, etc. caminando siempre delante de Dios con la mirada fija en el cielo y en sus recompensas que no son otras que el mismo Dios.
¡Señor, dadme la gracia de imbuirme cada vez más de estos pensamientos!
Notas de Retiro, Mayo 1824, EO XV núm. 156
“El progreso humano no es automático ni inevitable… Todo paso hacia la meta de la justicia requiere sacrificio, sufrimiento y lucha; el esfuerzo inagotable y la preocupación apasionada de los individuos que se entregan.” Martin Luther King, Jr.