Un mes antes, a Eugenio le habían ofrecido unirse a su amigo sacerdote, Forbin Janson, en una asociación de sacerdotes para restaurar la asolada Iglesia francesa por medio de la predicación de misiones populares. Esta carta muestra que la semilla de la idea se había enraizado en Eugenio y que él estaba discerniendo la voluntad de Dios respecto a esto.
… Tengo el más vivo deseo de conocer vuestras Constituciones. No es que crea probable que me sea posible unirme a vosotros. No sé todavía lo que Dios exige de mi, pero estoy tan decidido a cumplir su voluntad en cuanto me sea conocida que saldría mañana para la luna si fuera preciso.
Carta a Forbin-Janson, el 28 de octubre 1814, E.O. VI n 2