UN PADRE ES MÁS QUE CIEN MAESTROS

Con la llegada de los miembros más jóvenes a la comunidad, se desarrolla una relación muy especial entre Eugenio y sus Oblatos: la idea de su ser el padre de su familia religiosa. Era ésta la calidad característica que marcaría la relación de toda la vida entre Eugenio y sus Misioneros, y encontraremos esto constantemente en sus escritos.

En 1818, nos encontramos esta idea en su diario de retiro:

Creo tener que reprocharme lo que tendría que reprocharse un padre que ama demasiado a sus hijos.
Creo que debo contentarme con velar sobre mí mismo para no amar más que por Dios y en dependencia de Dios a aquellos que son dignos de ser amados a causa de sus virtudes y de sus buenas cualidades …

Notas de retiro, mayo 1818, E.O. XV n.145

A los 73 años, por ejemplo, escribió:

Pero, ya que el Señor me ha dado el corazón de un padre en un grado eminente, al igual que siento todos los consuelos, también experimento todas las debilidades. Ciertamente os amo con un amor sobrenatural, pero me atrevería a decir también que os amo de un modo más tierno que con el que aman los padres terrenales.

Carta a Jean Baptiste Conrard, el 19 de marzo 1855, E.O. XI n. 1260

Con esto en mente, volvamos a 1820, a la carta que escribió a los estudiantes y novicios en Laus, en la que podemos entender el contexto de los sentimientos que expresó:

Si, mis queridos hijos; es con un aumento de santo amor hacia vosotros que quiero probaros mi gratitud; de vuestra parte, seguid considerándome como vuestro mejor amigo, como vuestro verdadero padre.

Carta a los estudiantes y novicios, en Ntra. Sra. del Laus, el 29 de noviembre 1820,
E.O. VI n. 56

 

Un padre es más que mil maestros.”      George Herbert

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