UN CUERPO QUE PRODIGA VIDA

Para Eugenio la Congregación de Jóvenes no era una institución, sino un cuerpo viviente de jóvenes, que en conjunto, tenían una función maternal mutua. Es así que como una “madre”, se comprometen los miembros de la congregación:

Art. 3. Con su ejemplo y su consejo, ella los protege contra todos los peligros. Ella los fortalecerá frente a los muchos ataques que sufren interiormente de los numerosos enemigos de su salvación. Ella los mantendrá en el temor y en el amor de Dios; finalmente ella asegurará su felicidad en esta vida y en la otra.

Statuts, Chapitre XIV – Devoirs de la Congrégation envers les congréganistes

Este concepto de un grupo de personas que formaban una presencia maternal, debía de ser para Eugenio una imagen de la Iglesia de por vida, al igual que para la Congregación Oblata: no instituciones, sino cuerpos vivientes que prodigan vida.

 

«Toda acción en nuestra vida toca alguna cuerda que vibrará en la eternidad.» ~Edwin Hubbel Chapin

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