Eugenio de Mazenod nos habla

“Lo intentan todo para suscitar o despertar la fe de aquellos a quienes son enviados, haciéndoles descubrir «quién es Cristo»”.   Constitución 7

Esta es la descripción de nuestro ministerio Oblato.  A menudo se presenta a Eugenio solo como un bienhechor con un amor especial por ayudar a los pobres, que sin duda lo fue, aunque su enfoque de “hacer el bien” y “servir a los pobres” fue muy específico y claro: despertar la fe y acompañarlos en su camino de descubrir “quién es Cristo” para ellos.

Eugenio no fue básicamente un filántropo, trabajador social, ONG ni un influencer popular, según las expresiones contemporáneas.  Centró su amor por los pobres en la fe y en su relación con Jesús Salvador.  De ahí que fundara a los Oblatos de María Inmaculada y nos diera ese enfoque como el motivo fundamental de nuestra vocación.

“Lo intentan todo para suscitar o despertar la fe de aquellos a quienes son enviados, haciéndoles descubrir «quién es Cristo»”.   Constitución 7

Instrucción de Eugenio a cada miembro de su familia misionera:

 “Insistan en dar a conocer a  Jesucristo y que sea amado.  Hablen a menudo de nuestro divino Salvador y de todo lo que ha hecho para salvar a la humanidad.  Llévenlos a la determinación de no pasar un día sin rezar”.

Carta al P. Jean Viala, Enero 17, 1849, EO IV núm. 4

Desde el inicio de nuestra historia misionera, el objetivo ha sido  “enseñar quién es Cristo” (Prefacio).  Actualmente se sigue expresando el mismo punto de vista.

Que sea la guía de todas nuestras acciones este día.

Nuestra misión nos exige estar constantemente dispuestos a responder a las necesidades más urgentes de la Iglesia (Constitución 7)

En este momento, los delegados que representan a todas las áreas del mundo oblato se encuentran reunidos en India para un encuentro que tiene lugar entre nuestros Capítulos Generales. La Constitución 7 se centra precisamente en el tema de este encuentro: examinar nuestra «constante llamada a responder a las necesidades más urgentes de la Iglesia» como Misioneros Oblatos de María Inmaculada.

Invitamos a todos los miembros de la Familia Carismática Oblata a unirse en oración para acompañar a nuestros delegados mientras se abren a las orientaciones del Espíritu Santo para discernir las respuestas a las necesidades más urgentes de la Iglesia hoy.

Pueden seguir el desarrollo del encuentro inter-capitular en la página web de OMIWORLD: https://www.omiworld.org

“Lo intentan todo para suscitar o despertar la fe de aquellos a quienes son enviados, haciéndoles descubrir «quién es Cristo»”.   Constitución 7

Nuestra ayuda a los demás debe comenzar con nosotros mismos. Si aun no hemos descubierto el significado de que Jesús esté en el centro y sea el punto de unidad en nuestras vidas, y no vivimos con y por él, solo tenemos teorías vacías que ofrecer a la gente.  Nuestras Constituciones y Reglas marcan el camino para alcanzar la santidad personal que proviene de conocer a Jesucristo.  La Constitución 2 nos invita a:

“los Oblatos lo dejan todo para seguir a Jesucristo. Para ser sus cooperadores, se sienten obligados a conocerle más íntimamente, a identificarse con Él y a dejarle vivir en sí mismos”.

La Constitución 31 lo resume:

“Los Oblatos realizan la unidad de su vida sólo en Jesucristo y por Él. Están comprometidos en tareas apostólicas muy variadas y, al mismo tiempo, cada acto de su vida es ocasión de un encuentro con Cristo que por ellos se da a los otros, y por los otros, a ellos”.

Que todos a quienes conocemos reciban “al Señor, que por nosotros se da a los otros”.

“Lo intentan todo para suscitar o despertar la fe de aquellos a quienes son enviados, haciéndoles descubrir «quién es Cristo»”.   Constitución 7

El objetivo de nuestra fundación fue “despertar la fe en las personas”  en quienes la expresión religiosa se había reprimido por la Revolución Francesa, básicamente a través de las extensas misiones parroquiales en las aldeas rurales.

A lo largo de este ministerio, los Oblatos encontraron personas que nunca habían sido evangelizadas, requiriendo un ministerio para “despertar” su sentido de Dios y el conocimiento religioso.  Sin embargo, fue con las misiones en el extranjero que se enraizó el ministerio de despertar la fe en Jesucristo en la gente.  Al escribir a un misionero enviado a Norteamérica, Eugenio le dijo:

“Las misiones en el extranjero, comparadas con las nuestras en Europa  son especiales, de una clase más alta, pues este es el verdadero apostolado de anunciar las Buenas Nuevas a las naciones que no han tenido conocimiento del Dios verdadero y de su hijo Jesucristo… Se trata de la misión de los apóstoles: “Vayan y enseñen a todos los pueblos”, la enseñanza de la verdad debe llegar a las naciones más lejanas, para que puedan ser regeneradas en el agua del bautismo.  Te encuentras entre quienes Jesucristo ha dirigido estas palabras, dándote tu misión, como lo hizo con los apóstoles, al ser enviados a convertir a nuestros padres. Desde este punto de vista, que es verdadero, no hay nada más elevado que tu ministerio y el de nuestros Padres, que se fatigan en las regiones glaciales para encontrarse con los indígenas a quienes deben salvar”.

Carta a Pascal Ricard, Diciembre 6, 1851, EO II núm. 157

“Lo intentan todo para suscitar o despertar la fe de aquellos a quienes son enviados, haciéndoles descubrir «quién es Cristo»”.   Constitución 7

Eugenio nos fundó para “despertar la fe” de la gente de Francia después de la Revolución Francesa. Christopher Dawson describió la situación como “un ambiente de derrota y desastre”, continuando:

 “Todo tuvo que ser reconstruido desde los cimientos.  Las órdenes religiosas y los monasterios, las universidades y colegios católicos, y sin ser menos, las misiones extranjeras todas habían sido destruidas o reducidas por la pobreza e impotencia. Lo peor de todo, la Iglesia seguía asociada con la causa nada popular de la reacción política y la tradición del ancien régime.

Aun así, y a pesar de todo este desastre, la Iglesia se recobró y se reavivó el catolicismo, estando para 1850 en una posición mucho más fuerte de lo que había estado 100 años antes, cuando aun tenía su antigua riqueza y privilegios.

(La Realidad Histórica de la Cultura Cristiana, pág. 57 – https://archive.org/)

Los misioneros de Eugenio tenían un papel importante en la recuperación de la Iglesia, a través de las prolongadas e intensas misiones parroquiales en Francia y Córcega, y más adelante en las misiones fuera de Francia, encontrando a los católicos que se habían alejado.

(El tema de las misiones populares se ha analizado a profundidad anteriormente en esta serie.  Le invito a consultar algunas de estas entradas en https://www.eugenedemazenod.net/?p=358 to https://www.eugenedemazenod.net/?p=2524 )

“Lo intentan todo para suscitar o despertar la fe de aquellos a quienes son enviados, haciéndoles descubrir «quién es Cristo»”.   Constitución 7

Después de una observancia religiosa del catecismo por 25 años y antes de su conversión,  Eugenio sabía intelectualmente quién “es Cristo”.  En su conversión  experimentó el conocimiento que ya tenía, iniciando una relación con Jesucristo que sería la cualidad característica del resto de su vida.

La conversión no significó conocer a Jesús, sino conocerle en una relación que le apasionó.  De ahí en adelante “actuaría en todo y por todo” solo por él y le amaría “por sobre todas las cosas”.

Lo que recibió fue tan poderoso que le llevó a compartirlo con los demás, en especial con quienes cuya situación dificultaba llegar al mismo conocimiento.  Para Eugenio, fueron los pobres, según describe en su carta a su madre:

 “Siendo el Señor mi testigo, lo que desea de mi es que renuncie a un mundo en el que es casi imposible hallar la salvación, tal es el poder de la apostasía; que me dedique en especial a su servicio y trate de reavivar la fe que se extingue entre los pobres; en una palabra, que esté dispuesto a realizar cualquier orden que desee darme por su gloria y la salvación de las almas que ha redimido por su preciosa sangre”.

Carta a su madre, Junio 29, 1808, EO XV núm. 27.

Todos los que comparten el carisma de Eugenio participan en la misma dinámica de trabajar para llevar a los demás al mismo conocimiento vivencial del Salvador.  Cada uno a su manera y en sus circunstancias particulares, tiene la misión de ayudar a los demás en el proceso.

Es destacado lo que dice el texto “haciéndoles descubrir «quién es Cristo». El significado de la misión no es llegar a las personas y llenarlas de conocimiento, sino caminar con ellas en su descubrimiento y profundizar su comprensión del significado de la relación con Jesús.  Cuando Eugenio utiliza esta frase en el Prefacio, habla de ayudar a la gente a comprender lo que Jesucristo es para ellos  (“ce que c’est que Jésus Christ”), quién es en sus vidas y el significado que tiene.

“Lo intentan todo para suscitar o despertar la fe de aquellos a quienes son enviados, haciéndoles descubrir «quién es Cristo»”.  Constitución 7

El P. Michel Courvoisier escribe:

“Nil linquendum est inausum ut proferatur imperium Christi…”,  declara el texto del Prefacio de nuestras Constituciones y Reglas de 1826.  Como traducción literal sugiero: “No debemos descuidar nada, no dejar de intentar todo para continuar y extender el reino de Cristo”.  Este apotegma ha sostenido y sigue sosteniendo el impulso misionero de la Congregación”.

La vida de Eugenio se conformó de varias acciones osadas, de no escatimar esfuerzos por su Salvador.  Alejarse de los deseos dominantes de su madre y la alta sociedad de Aix; su ingreso al seminario en París tuvo una reacción en cadena de eventos osados.  No limitó su esfuerzo en defender los derechos de la Iglesia en la persecución de Napoleón (ni de ningún otro rey de Francia en años posteriores). No escatimó esfuerzos en entregarse al servicio de los presos y jóvenes en Aix y después en las aldeas de Provenza.

Se atrevió a invitar a otros a unírsele sin limitar su esfuerzo para llevarnos a evangelizar los pueblos rurales del sur de Francia.  Ante el Jansenismo que prevalecía en Francia, se atrevió a introducir la teología moral de San Alfonso, que subraya la misericordia y compasión.  Se atrevió a enviar misioneros a Canadá y las Islas Británicas e Irlanda en una época en que éramos tan pocos y no cubríamos la demanda en Francia.  Hasta el día de su muerte, no omitió esfuerzo en el alcance misionero de los Oblatos.  Como Obispo de Marsella, no limitó esfuerzos en evangelizar a su pueblo y llevarles a responder a las infinitas necesidades de los pobres en sus muchos aspectos”.

“Atreverse” en el Diccionario de Valores Oblatos (http://www.omiworld.org/en/dictionary/dictionary-of-oblate-values_vol-1_d/1037/daring/)

“Lo intentan todo para suscitar o despertar la fe de aquellos a quienes son enviados, haciéndoles descubrir «quién es Cristo»”.   Constitución 7

“¡Intentar todo!”  Estas palabras fueron escritas por Eugenio en la primera versión de lo que sería conocido como nuestro “Prefacio” y han estado gravadas en el corazón e imaginación de nuestros misioneros Oblatos por más de 200 años: “¡intentar todo!”.  Son el resumen de toda la vida de Eugenio e historia de su Familia Misionera, que hoy se encuentra en 65 países.

 La Iglesia ha mostrado su reconocimiento a través de las palabras de los Papas en nuestros Capítulos Generales.  Por ejemplo, el Papa Juan Pablo II:

 “Junto a todos ustedes, agradezco al Señor la tarea lograda por los Oblatos.  Su presencia en cada continente, y en especial en lugares distantes, les lleva a estar en contacto con mujeres y hombres de diferentes culturas y tradiciones, que es la señal de la universalidad de la Iglesia y de su preocupación por todos los pueblos.

[…] Además están interesados en las nuevas áreas de misión, particularmente en los medios de comunicación y el diálogo confiado con los contemporáneos, para establecer una sociedad más fraterna en una era de justicia y paz.  Realizan un esfuerzo valeroso para cubrir las necesidades nuevas, de urgencia pastoral, apostólica y misionera y para realizar la inculturación necesaria, un proceso de paciencia, que además les demanda escuchar a la gente,   “porque no debe comprometer en ningún modo las características y la integridad de la fe cristiana” (Redemptoris missio, n. 52).  La Iglesia agradece su disposición y preocupación por dar respuesta al llamado del Señor adonde sean enviados, y a estar al servicio de las iglesias locales”. […] Al Capítulo General XXXIII, Septiembre 24, 1998.

Hoy en día Eugenio nos pide:  intenten todo para darle a conocer en todo lo que hacen, en sus palabras y acciones de amor hacia los demás.

R7c Los Oblatos hermanos participan del único sacerdocio de Cristo. Están llamados a colaborar a su manera en la reconciliación de todos los seres en Él (cf. Col 1, 20). Por su consagración religiosa dan testimonio de una vida enteramente inspirada en el Evangelio.

Los Hermanos participan en la tarea misionera de construir la Iglesia por doquier, en especial en las áreas donde se proclama la Palabra por vez primera. Enviados por la Iglesia, su ministerio de evangelización se constituye por su servicio técnico, profesional o pastoral, al igual que el testimonio de su vida.

Los Hermanos aportaron sus muchas habilidades a la misión de los Oblatos, especialmente en la enseñanza: “de 1850-1853, los hermanos enseñaron en Canadá e Inglaterra. Entre 1841 a 1861, al menos veinticinco hermanos enseñaron catecismo en Francia, Vico y  Sri Lanka.

Los hermanos ya eran una parte importante de la Congregación después de 1841, por lo que el Obispo de Mazenod distribuyó a los más posibles en las casas en Francia y los incluyó en cada contingente misionero. Por otro lado, el número de hermanos que se integraron a la Congregación aumentó cada vez más al aceptar misiones en el extranjero.  En la época del fallecimiento del Fundador, de cuatrocientos catorce Oblatos, ochenta y siete eran hermanos, un total del 20%.

En el apéndice de la Regla de 1853 respecto a las misiones en el extranjero, el Obispo de Mazenod… abrió un nuevo campo de apostolado para ellos, al pedir que en todas las misiones el sacerdote nunca estuviera solo, y le acompañara al menos un hermano.  Añadió que los Oblatos debían centrar su atención en enseñar a los jóvenes”.

(S. Rebordinos, https://www.omiworld.org/lemma/brothers/ )