LA INMENSIDAD DE LA BONDAD DE DIOS QUE ME ACOMPAÑA DESDE MI INFANCIA

Justo algunos días antes de su consagración episcopal, Eugenio da una mirada a su relación con Dios y con cada Persona de la Trinidad, algo que había experimentado desde su infancia.

sin importar la impresión por la comunicación de su divino Espíritu al invocarlo, que como puede imaginarse, es asiduidad y persistencia.  Así, al considerar la inmensidad de la bondad de Dios que me acompaña desde mi infancia para realizar las diversas obras que me ha confiado en el curso de mi vida, al meditar sobre las obras interiores de la gracia, para exaltar mi agradecimiento y mi amor, o que reflexione sobre mis pecados, mis innumerables faltas, que conmoverían hasta las piedras y me indignan, siento siempre el trato con un Padre que está en el cielo, con Jesucristo su Hijo, nuestro Salvador a su derecha, quien es nuestro abogado y mediador, que no deja de interpelar por nosotros, con esa poderosa oración que tiene derecho a ser escuchada y que lo es siempre, en efecto, cuando no ponemos obstáculo alguno. La fuerza del Espíritu Santo concentra más mi voluntad sobre ese punto, y es el fruto que espero de mi retiro

Carta a Henri Tempier, Octubre 10, 1832, EO VIII núm. 436

¿Cómo podemos describir el patrón de nuestra relación con Dios?

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *