Al compartir el espíritu de su retiro con el Padre Tempier, Eugenio nos permite ver su relación habitual con Dios
Le bastará saber que Dios está conmigo como de costumbre, se muestra tal cual es, infinitamente bueno, infinitamente misericordioso cada vez que me acerco a él; purifica mi corazón, ilumina mi débil inteligencia, excita y perfecciona mi voluntad; me encuentro a gusto en su presencia, sin importar la impresión que tenga por la comunicación de su divino Espíritu al invocarlo
Carta a Henri Tempier, Octubre 10, 1832, EO VIII núm. 436
¡Qué maravilloso sería si cada uno de nosotros pudiera decir lo mismo después de nuestro tiempo de oración y durante el día! Me encuentro a gusto en la presencia de Dios…