DEJA A TUS OJOS MIRAR POR UNA VEZ MÁS ALLÁ DE LOS HARAPOS QUE TE CUBREN

El encuentro de conversión de Eugenio con el Dios de amor le llevó a comenzar a ver su propia dignidad y la de los otros a través de los ojos del Salvador Crucificado. Continuando con la reflexión del primer sermón en la Madeleine, uno ve cómo su experiencia de conversión impregna su predicación y ministerio.

Elevaos hacia el cielo donde debe estar vuestro pensamiento más  nuestra ciudadanía está en los cielos (Fil 3, 20); que vuestros ojos traspasen de una vez los harapos que os cubren; hay dentro de vosotros un alma inmortal hecha a imagen de Dios que está destinada a poseerlo un día, un alma rescatada al precio de la sangre de Cristo, más preciosa a los ojos de Dios que todas las riquezas de la tierra y que todos los reinos del mundo, un alma de la que él es más celoso que del gobierno del universo entero.
Cristianos, conoced vuestra dignidad, os diré con san León, partícipes de la naturaleza divina, etc.

Instrucciones familiares en provenzal, dadas en 1813 en la Magdalena,
E.O. XV n. 114

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