LLEVA LA BUENA NOTICIA A LOS PUEBLOS QUE TODAVÍA NO LA HAN RECIBIDO (Constitución 5)

 

“La Congregación entera es misionera. Su primer servicio en la Iglesia es el de anunciar a Cristo y su Reino a los más abandonados. Lleva la Buena Noticia a los pueblos que todavía no la han recibido y les ayuda a descubrir a la luz del Evangelio los valores que poseen”.  (Constitución 5)

Miles de Oblatos han dedicado sus vidas a llevar el Evangelio a quienes no lo conocían, y a la salvación de Jesucristo.  En la época de Eugenio encontramos relatos de jóvenes en sus veintes partiendo a Norteamérica, África y Asia.  La mayoría sabía que nunca volvería a su país de origen ni vería a sus familias de nuevo, y aún así, salían con entusiamo y valor.  Ofrecieron todo por la salvación de las almas que nunca habían escuchado el Evangelio.

Eugenio escribió en 1853:

“Quien desee convertirse en uno de nosotros, debe tener un deseo ardiente por su propia perfección y estar inflamado de amor por nuestro Señor Jesucristo y su Iglesia, además de un celo ardiente por la salvación de las almas”.

En retrospectiva, podemos vernos tentados a juzgarlos según los estándares actuales, al notar los errores cometidos, pero se trata de personas de otra época que dieron sus vidas por el bien del prójimo con las mejores intenciones.  Así, actualmente las personas en más de 60 países conocen el Evangelio a través de las semillas sembradas por su oblación.

¡Agradecemos a Dios el testimonio de los hombres y mujeres de nuestra Familia Oblata “inflamados de amor por nuestro Señor Jesucristo y su Iglesia y por el celo ardiente por la salvación de las almas”!

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