Cuando el Padre Fabre escribió a la Congregación para anunciar la muerte de Eugenio, describió esta conversación que había tenido lugar el día antes de su muerte:
Obispo, le preguntó uno de nosotros, denos algunas palabras para todos nuestros hermanos. ¡Les hará muy felices!
Aseguradles que muero feliz… que muero feliz porque Dios ha sido muy bueno conmigo por elegirme para fundar la Congregación de los Oblatos en la Iglesia.
Obispo, podría revelarnos el último deseo de su corazón.
Practicad entre vosotros la caridad… la caridad… la caridad… y fuera, el cello por la salvación de las almas.
J. Fabre, 1861