El Padre Jean Viala era parte de la comunidad que predicaba una misión parroquial en Greasque, Francia, y Eugenio estaba muy satisfecho con las noticias que recibía de su éxito. Uno de los signos tangibles del éxito de cualquier misión era el número de personas que llegaban a confesión.
“Les recomiendo insistir mucho en la instrucción y la disposición al sacramento de la penitencia, que es el punto central. Si solo se confiesan sin tener el sentimiento de contrición debido para recibir el efecto sanador de la absolución, no se ha logrado nada. Este es siempre mi temor al oír a nuestros misioneros decir que han confesado un gran número de penitentes. Nunca he llegado, ni cerca, al número que oigo decir a nuestros Padres”.
Carta al P. Jean Viala, Enero 17, 1849, EO IV (África) núm. 4
REFLEXIÓN
Los Misioneros Oblatos daban mucha importancia al ministerio de reconciliación, como marcaba la primera Regla Oblata de 1818: