NUNCA PERDÍ LA ESPERANZA, TENGO UNA CONFIANZA SIN LÍMITES EN LA BONDAD DE DIOS Y LA PROTECCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

En septiembre de 1847 el Obispo de Mazenod ordenó sacerdote al P. Jean-Pierre Bernard (de 24 años) y unos días después salió a Canadá. El mismo día también fue ordenado el P. Augustin Gaudet, y los dos viajaron juntos a Canadá. Eugenio escribió a Gaudet:

“El buen P. Bernard que soportó con tanta fortaleza la travesía, fuerte él también, bien constituido, le veía a un paso de la muerte, sintiendo una gran pena. Pero nunca he perdido la esperanza, tengo una confianza sin límites en la bondad de Dios y la protección de la Santísima. Virgen”.

Carta al P. Gaude en Montreal, Abril 29, 1848, EO I núm. 94

Dios escuchó las oraciones y Jean-Pierre recuperó la salud, siendo un misionero lleno de celo en Canadá, los EU y Francia por los siguientes 37 años.

REFLEXIÓN

“Las circunstancias que le pedimos a Dios CAMBIAR, son a menudo las circunstancias que Dios utiliza para CAMBIARNOS”. (Mark Batterson)

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