OH SEÑORA MÍA, SANTA MARÍA

Con esta hermosa oración de nuestra tradición Oblata concluyo nuestro enfoque a María Inmaculada en el bicentenario:

“Oh Señora mía Santa Maria,
lleno de confianza en ti, a tu especial cuidado
y amorosa misericordia me confío hoy,
todos los días y en la hora de mi muerte;
te confío mi alma y mi cuerpo,
mis esperanzas y alegrías,
mis penas y miserias,
mi vida y el fin de ella, para que,
por tu santísima intercesión y por tus méritos, todas mis acciones sean dirigidas y gobernadas según tu voluntad y la de tu Hijo.
Amén”.

Mañana retomaremos la reflexiones de los escritos de San Eugenio en orden cronológico.

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