-
Entradas recientes
- LA CIUDAD DE ROMA COMO COMPENDIO DEL CRISTIANISMO
- GRACIAS A LA LENTITUD DE MONSEÑOR, AÚN NO HE VISTO A NADIE
- ¡QUÉ RECUERDOS, QUÉ RESPETO, QUÉ DEVOCIÓN INSPIRAN ESTOS OBJETOS!
- LA VISTA DE ESTOS PENITENTES ME EDIFICÓ Y ME CONMOVIO
- SAN FRANCISCO JAVIER – PATRONO DE LAS MISIONES – SAN EUGENIO DE MAZENOD – 30 AÑOS DE LA CANONIZACIÓN.
Comentarios recientes
- Rosa Emilia Simbron Cano Vda. De Távara LaOMI en LA CIUDAD DE ROMA COMO COMPENDIO DEL CRISTIANISMO
- Rosa Emilia Simbron Cano Vda. De Távara LaOMI en GRACIAS A LA LENTITUD DE MONSEÑOR, AÚN NO HE VISTO A NADIE
- Rosa Emilia Simbron Cano Vda. De Távara LaOMI en ¡QUÉ RECUERDOS, QUÉ RESPETO, QUÉ DEVOCIÓN INSPIRAN ESTOS OBJETOS!
- Rosa Emilia Simbron Cano Vda. De Távara LaOMI en LA VISTA DE ESTOS PENITENTES ME EDIFICÓ Y ME CONMOVIO
- Rosa Emilia Simbron Cano Vda. De Távara LaOMI en SAN FRANCISCO JAVIER – PATRONO DE LAS MISIONES – SAN EUGENIO DE MAZENOD – 30 AÑOS DE LA CANONIZACIÓN.
Archivos
Meta
EL DESEO QUE SIEMPRE HE TENIDO DE PROCURAR QUE FUERA CONOCIDA Y AMADA
Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.
Cuando Dios eligió a Eugenio de Mazenod como fundador de la Familia Mazenodiana, los sacerdotes y hermanos eran conocidos como Misioneros de Provenza. Fue necesario que transcurrieran diez años para comprender el lugar fundamental de María en la familia religiosa y cambiar su nombre a Misioneros Oblatos de María Inmaculada. Un suceso importante en este trayecto ocurrió el 15 de agosto de 1822, cuando Eugenio bendijo la estatua de María Inmaculada y recibió una gracia mística.