SEAMOS DIGNOS DE NUESTRA GRAN VOCACIÓN Y SIGAMOS EN NOMBRE DEL SEÑOR, QUIEN SE ENCARGA DE RECOMPENSARNOS

El Padre Bermond era necesario en Canadá, a pesar de su reacción, y Eugenio le informa de su partida inminente.

“No comparto, mi querido P. Bermond, los temores que me ha expuesto. No tema pues mi querido amigo y deje eso para responder al llamado de nuestros Padres de Canadá. Su salida está fijada para el 9 o 10 de julio. Venga a Marsella cuanto antes y tendremos tiempo para conversar. Le ruego, dejar de lado todo pensamiento y más que nada rechazar todo recuerdo de lo que le haya causado alguna pena. En nombre de Dios, suavice su corazón y descanse en paz sobre la estimación y afecto que no le han faltado jamás en el mío, aunque haya creído lo contrario. Seamos dignos de nuestra gran vocación y sigamos en Nombre del Señor, quien se encarga de recompensarnos… En su viaje tendrá como compañeros al P. Molloy y otro Oblato, y sus ángeles guardianes bendiciendo sus pasos de “Evangelizantium bona”..”..

Carta al P. Bermond, Junio 14, 1845, EO I núm. 55

Al escribir al Padre Guigues, el Superior Oblato en Canadá, Eugenio presenta un panorama positivo.

“El P. Bermond tiene excelentes cualidades. El P. Vincens estaba muy satisfecho con él en l’Osier y me ha dado de él la mejor opinión. Muéstrele confianza y amistad y estoy seguro que estará satisfecho con él…”.

Carta al P. Eugenio Guigues, Julio 6,1845, EO I núm. 57

De hecho, el Padre Bermond realizó un buen trabajo en los 14 años que permaneció en Canadá. Sin embargo, ocasionó algunas dificultades en su relación con algunos Oblatos, pero lo veremos más adelante.

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