HAY QUE DEJAR LA TAREA AL CUIDADO DE DIOS

Los Oblatos habían estado predicando una misión parroquial en una aldea de Provence y encontraban dificultades y falta de éxito. Eugenio comenta en su diario:

“Carta del P. Courtès, dándome las peores noticias de su misión de Bargemon; nunca se vio algo tan desesperante. Habría que concluir que el pobre Courtès es desafortunado en ello. Con todo, es desanimarse demasiado pronto”.

A pesar del contratiempo, Eugenio recuerda que Dios ayuda en los resultados de cada misión parroquial.

“¿En cuál misión no han vuelto a Dios los que al principio habían sido los más alejados? Así pues, no hay que mostrarse vencidos ni estar dispuestos a ceder en el campo de batalla… Simplemente hay que dejar la tarea al cuidado de Dios. Esperemos con paciencia y resignación”.

Diario de Eugenio de Mazenod, Noviembre 16, 1844, EO XXI

Al encontrar dificultades, encomendémonos al cuidado de Dios.

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