LA VISIÓN DE NUESTRA FUNDACIÓN: FORMAR, DISENTIR, NORMAR, HACER

Hace exactamente 200 años se reunieron seis entusiastas misioneros con el sueño de lograr grandes cosas por la fe de la gente abandonada de Provenza. Eugenio dio vida a la nueva comunidad en una oleada de entusiasmo. Sin embargo, la interacción humana eventualmente lleva a ocasionar fracturas, incluso en los mejores proyectos y los misioneros eran seres humanos. Entonces ¿cómo manejó Eugenio la situación en su grupo recién formado?

Actualmente los profesionales se refieren a la vida en grupo en los términos de cuatro palabras: formar, disentir, normar y hacer. Un nuevo grupo “forma” – como hemos estado celebrando, el 25 de enero de 1816. Después de un tiempo, algunos en el grupo comienzan a “disentir” cuando se presentan desacuerdos en relación a la interpretación e implementación práctica de la visión de la fundación. Esto fue lo que nos sucedió, sólo por dar un ejemplo, con la expulsión del P. Icard a sólo unos meses de la fundación. En este punto es esencial para el grupo “normar” – redactar reglas y guías aceptadas en común, para “hacer”.

Vemos este proceso de cuatro puntos en ejecución desde el primer día de nuestra existencia.

En esa reunión decidiremos el reglamento que tendremos que seguir.

Carta a to Henri Tempier, Diciembre 13, 1815, EO VI n.7

Una vez que fuimos “formados”, el patrón de “disentir, normar y hacer” ha sido característico de nuestra vida hasta el día de hoy. Es esencial “normar” para mantener viva y vigente la visión de nuestra fundación.

En nuestra primera Regla de Vida, aprobada por la Iglesia diez años más tarde, Eugenio consagró este principio:

No basta, con todo, que estén convencidos de la excelencia del ministerio a que son llamados. El ejemplo de los santos y la razón misma prueban claramente que, para el feliz éxito de tan santa empresa y para mantener la disciplina en una sociedad es indispensable fijar ciertas normas de vida que aseguren la unidad de espíritu y acción entre todos los miembros. Esto es lo que da fuerza a los organismos, mantiene en ellos el fervor y les asegura la permanencia.

Prefacio

Un recordatorio oportuno de que cuando la naturaleza humana inevitablemente lleva a un grupo de personas a disentir, requerimos la gracia de Dios para permitir que la corriente vuelva a su cauce para normar y hacer – e iniciar de nuevo todo el proceso al presentarse la siguiente tormenta. Es por ello, que en su lecho de muerte a los 79 años, Eugenio al rememorar su experiencia de vida nos ordenó, frente a las tormentas inevitables: “Entre ustedes, caridad, caridad, caridad siempre…”

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Tener un destino emocionante, es como poner una aguja en tu brújula. De ahí en adelante, la brújula solo reconoce un punto – su ideal. Y fielmente te guiará a él sorteando las más obscuras noches y la más temibles tempestades.”   Daniel Boone

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1 respuesta a LA VISIÓN DE NUESTRA FUNDACIÓN: FORMAR, DISENTIR, NORMAR, HACER

  1. Eleazar dijo:

    Con la gracia de Dios el cause del rio vuelve a su flujo normal
    Es cierto, la experiencia humana demuestra que «requerimos la gracia de Dios para permitir que la corriente vuelva a su cauce para normar y hacer – e iniciar de nuevo todo el proceso al presentarse la siguiente tormenta. «

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