UN SISTEMA NECESARIO DE PURIFICACIÓN

La Evangelización de las personas requería buenos sacerdotes que les acompañaran en su conversión y crecimiento espiritual. Eugenio estaba comprometido a este ideal, tanto como  Oblato como Vicario General del Obispo Fortuné en Marsella.

Seguimos nuestro sistema de purificación, dos o tres expulsiones cuando más y toda nuestra campiña estará en buenas manos; el Jubileo también ha hecho maravillas por doquier; los comentarios de nuestros sacerdotes en las parroquias son espléndidos, todo mundo va a confesión …

Carta, Marzo 24, 1827, en REY (I, 426)

El P. Woestman comenta sobre el antecedente de la reforma de los clérigos: “Para una comprensión real de la intención de De Mazenod, hay que tener en mente la situación religiosa de Francia en esa época. Todas las comunidades religiosas de hombres y mujeres en Francia habían sido suprimidas durante la Revolución (1789-1799), sus casas e Iglesias habían sido destruidas o utilizadas para propósitos seculares, el clero secular era  perseguido – asesinados, encarcelados, enviados al exilio y se ocultaban – y todos los seminarios estuvieron cerrados por muchos años. Los efectos continuaron mucho después del fin de la persecución. Es por ello que el número de sacerdotes activos entre 1809 y 1815 cayó de 31,870 a 25,874. W. Woestman, “Sacerdotes” en el Diccionario de Valores Oblatos (http://www.omiworld.org/dictionary.asp?v=11&vol=1&let=S&ID=1182)

 

“Ningún hombre sensato buscará cambiar al mundo, cambiar a una nación; y todos lo saben, menos los tontos, que el único cambio fuerte, aunque lento, es que cada quien se perfeccione a sí mismo.”   Thomas Carlyle

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