Cada año, todos los Oblatos se reunían en un retiro comunitario de 8 días. En 1826 se realizó en Marsella, comenzando el 24 de octubre y concluyendo con la renovación de votos el 1° de noviembre. Parte del retiro consistió en que cada participante examinara su vida y comportamiento en el año anterior, para tomar resoluciones y mejorar la calidad de vida el año siguiente. Eugenio era metódico en su enfoque al respecto:
Mi examen debe abarcar:
1º Mis deberes generales como cristiano;
2º Mis deberes como religioso;
3º Mis deberes como superior con relación a mí, con quienes están bajo mi obediencia;
4º Mis deberes como sacerdote;
5º Mis deberes como vicario general de la diócesis.
Examen de consciencia, Octubre 1826, EO XV núm. 157
Resulta interesante observar el orden en que enlista sus diferentes áreas de identidad: en primer lugar como cristiano bautizado, después, la expresión de su bautismo como religioso; luego como responsable de su comunidad Oblata, enseguida como sacerdote y al final como Vicario general de Marsella. El orden de importancia en su identidad era antes que nada cristiano, después Oblato y luego sacerdote.
La reflexión de Eugenio es importante igualmente para nosotros: ¿en qué orden de importancia clasificamos las diferentes “identidades” de nuestras vidas, y cómo vivimos cada una de ellas?
“La identidad espiritual significa que no somos lo que hacemos ni lo que la gente dice de nosotros. Y no somos lo que tenemos. Somos los amados hijos e hijas de Dios”. Henri Nouwen