UN DÍA EN LA VIDA DEL OBISPO EUGENIO DE MAZENOD

“Fiesta de San Pedro. Ordenación general, la más numerosa hasta hoy. Di la tonsura a [13], las órdenes menores a [24], ordené a [9] subdiáconos, a ocho diáconos y tres sacerdotes. Cuatro capuchinos y un oblato recibieron desde la tonsura hasta el diaconado. La ceremonia empezó a las 6 y terminó a las 10:30, tiempo suficiente para que el Cabildo pudiera rezar su oficio y cantar la misa solemne.

A las 3 tuve que volver a salir, a St-Bamabé, donde primero di el sacramento de la Confirmación a los niños de la parroquia y luego bendije la primera piedra de la nueva iglesia y bendije en la plaza dos campanas; todo con un viento espantoso que no impedía a la gente mantenerse en pie, pero era muy incómodo. No sé hasta cuándo me pedirán hacer estas hazañas a las que accedo mientras puedo. De hecho, no estoy cansado en absoluto, pero ¡cuidado dentro de algunos años!”.

Por último ese día visitó a las Hermanas de la Compasión, que habían sido fundadas en Marsella para cuidar en una forma particular las necesidades espirituales de las trabajadoras domésticas.

“Antes de salir visité el establecimiento de las nuevas Hermanas de la Compasión y es evidente que Dios ayuda al buen Padre Barthès para triunfar en empresas en las que fracasaría el más hábil”.

No obstante, le he recomendado no descuidar la Obra de las Domésticas. Básicamente por esta obra  adopté a esta nueva orden, o mejor dicho, le permití formarse bajo mi auspicio y autoridad”.

Diario de Eugenio de Mazenod, Junio 29, 1845, EO XXI

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *