Podemos caer en el error de pensar que las quejas de Eugenio en las cartas anteriores mostraban a la congregación Oblata en caos, pero definitivamente no es así.
Las exigencias al ministerio de los Oblatos nunca cesaban. Los misioneros respondían con celo y rogaban a Eugenio enviar más Oblatos a sus comunidades y se quejaban cuando no era así. Eugenio responde:
Te pido no añadir a la dificultad de mi posición y a la pena en mi alma, las penosas quejas que me hacen llegar todos a la vez, de todas partes. ¿Es culpa mía si no son más numerosos y si hay tan pocos capacitados? Desearía multiplicarles al precio de mi vida, sabiendo el bien que podrían hacer en todas partes y que no se hará por falta de obreros
Carta a Jean Baptiste Mille, Septiembre 15, 1836, EO VIII núm. 583
En la actualidad, con el florecimiento de los carismas en las familias en la Iglesia, la Familia Mazenodiana es una parte integral de la misión que el carisma de San Eugenio dio a la Iglesia.