Viendo el liderazgo potencial en los Oblatos, Eugenio identifica las cualidades del “ser” que se transformaban en “hacer”: disponibilidad, regularidad al vivir la Regla de Vida, desapego y generosidad.
Pero pronto me enfadaría al encontrar a quienes son impropios para los diversos empleos de confianza que desearía darles, fuera por falta de virtud o por no garantizar lo suficiente con una conducta prudente. Tienes actualmente a dos individuos que estarán disponibles para cubrir las necesidades más urgentes, pero ¿cómo están en cuanto a la regularidad? ¿Viven el espíritu de su santo estado? ¿Son indiferentes, están preparados para todo? Los había enviado a Laus para lograr más fácilmente lo que deben ser todos los miembros de nuestra Congregación. ¿Dónde están mis esperanzas? ¿Sería difícil estar a la altura de sus deberes? Me entristezco al ver la escasa generosidad en algunas almas.
Adiós, mi querido P. Mille; te bendigo y a toda la comunidad.
Carta a Jean Baptiste Mille, Agosto 23, 1836, EO VIII núm. 579