Al creer en una causa, estamos preparados para soportar todas las dificultades frustrantes para lograrlo. Esta era la actitud de Eugenio al enfrentar la burocracia eclesiástica en Roma. En su carta a Henri Tempier, le explica cómo se ha puesto en marcha la aprobación de la Regla, que sería un proceso lento y complejo.
Regreso de visitar al cardenal Pedicini; le encontré leyendo el libro y la traducción de mi solicitud, que le leí, aumentando la buena opinión que comenzaba a tener. El Cardenal es un hombre de bien; me prometió acelerarlo cuanto pueda y enviar este asunto antes que otros que tiene pendientes. Pero ¿qué procedimiento hay que seguir? Cuando haya hecho y leído su informe, lo enviará al cardenal Haeffelin, éste al cardenal Bertalozzi, él al cardenal Pallotta, quien lo enviará al cardenal Turiozzi, y él al cardenal Pacca, quien lo devolverá al cardenal Pedicini. Este cardenal hablará con el Papa y luego la Congregación se reunirá para decidir. ¿Qué les parece? Podría haber un camino más corto, pero así es.
Calculemos quince días por cabeza y veamos hasta cuando tengo que estar aquí. Hay suficiente para caer en el aburrimiento. No descuidaré nada, pero no será fácil… Volveré pasado mañana para ver a mi Cardenal y presionarle, ¿pero Señor, cuando saldré de aquí?
Carta a Henri Tempier, Diciembre 30, 1825, EO VI núm. 214
“Si has de pecar, hazlo contra Dios y no contra la burocracia. Dios te perdonará, no así la burocracia.” Hyman Rickover