NO CREO QUE ESTE MINISTERIO PARROQUIAL SEA LA VOCACIÓN DE NUESTROS MISIONEROS

Se había invitado a Eugenio y los Misioneros a establecerse en Alais, en la Diócesis de Nimes. Al viajar para ver la situación, le reporta a Henri Tempier:

… Mientras tanto, os ofrecen alojaros en una casita con alquiler a cargo de la fábrica de la parroquia, para servir de vicario al párroco y el domingo ir a dos o tres lugares a tres leguas de Alais para celebrar la misa en diferentes parroquias vacantes. No creo que sea esa la vocación de nuestros misioneros. Por eso estoy, muy decidido a no aceptar los ofrecimientos que nos sean hechos. Sin embargo vamos a ponernos en camino para Alais para no tener el aspecto de actuar desconsideradamente y sin conocimiento de causa.
Todo sin embargo no está perdido y Dios que conoce nuestros buenos deseos y la pureza de nuestros puntos de vista, proveerá sin duda a su obra.

Carta a Henri Tempier, Abril 7, 1825, EO VI núm. 176

En el proceso de discernimiento, debía estar abierto a todos los aspectos de la situación, para tratar de comprender la voluntad de Dios en ese momento. Lo que Eugenio tenía claro, sin embargo, era que los Oblatos en Francia no aceptaron el ministerio parroquial – su misión era trabajar con aquellos a quienes no llegaba la estructura parroquial local.

 

“El método más seguro de llegar a conocer los propósitos eternos de Dios acerca de nosotros es encontrarnos usando adecuadamente el momento actual. La voluntad de Dios no nos llega toda de una vez, sino en fragmentos. Nuestra tarea es juntarlos y vivirla en una vocación ordenada.”    Frederick W. Faber

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