AUTO-CONOCIMIENTO PARA CRECER

Para los jóvenes, los sacramentos serían instrumentos de crecimiento humano y cristiano.

Eugenio señala la importancia del sacramento de reconciliación. En su primer regla de vida para los jóvenes en 1813, pidió que recibieran este sacramento una vez por mes. Tres años después, en los Estatutos, había cambiado a cada dos semanas – para mostrar la importancia de este sacramento en su crecimiento.

Art. 9 El Sacramento de la penitencia no sólo servirá a los congregantes para reconciliarse con Dios, si hubieran tenido la desgracia de ofenderlo gravemente,

La confesión no era una simple “lista de lavandería” de pecados a limpiar. Tenía también la intención de ser la oportunidad para enfocarse en las áreas diarias de debilidad, pudiendo trabajar en forma consciente en mejorarse a sí mismos:

lo que no agrada a Dios ; pero encontrarán en esta piscina saludable el remedio a todas sus imperfecciones diarias. Se purificarán cada vez más de todas las debilidades que escapan sin cesar de la corrupción de nuestra naturaleza ;

En las palabras de Jesús: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto”( Juan 15:1-2)

Era también importante la persona del confesor, quien debía ser mentor, consejero y guía del joven:

encontrarán en las advertencias y consejos caritativos de su director un recurso contra las ilusiones del amor propio y del respeto humano
La gracia del encuentro sanador con Jesús Salvador, sería una fuente de nueva fortaleza durante las siguientes dos semanas, para caminar con Dios en sus elecciones diarias:
y en la aplicación de los méritos de Jesucristo un rigor nuevo para resistir valientemente a las tentaciones y avanzar a grandes pasos en la virtud

Statuts, Chapitre XIII – Obligations spirituelles des congréganistes

 

Sólo al conocerte a ti mismo, podrá tu cerebro servirte como una herramienta fuerte y eficiente. Conoce tus propios errores, pasiones y prejuicios, para que puedas separarlos de lo que ves.”    (Bernard M. Baruch).

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