Una vez que la euforia de la misión se terminaba y la gente retornaba a sus ocupaciones ordinarias, existía el peligro de que todo lo alcanzado se fuera olvidando gradualmente. El hecho de que el párroco estuviera implicado en la misión y en las confesiones, aseguraba una cierta continuidad. Para beneficiarse del entusiasmo de las misiones, los Oblatos establecían varias estructuras que aseguraran mejor la continuidad.
Una de estas estructuras, a la cual daban mucha importancia, era el establecimiento de una congregación para chicas. A través de esto tenían el objetivo de proporcionales un grupo que las animara y les ayudara a vivir castamente. Similar operación se proponía a los hombres, ofreciéndoles espacios para el encuentro y el recreo fuera de los bares y de otros lugares que les indujeran a la tentación.
Uno de tales esfuerzos se halla en un poster que era imprimido y distribuido después de la misión en el pueblo de Remollon en 1819:
REGLAS PARA LAS TABERNAS Y LOS CABARETS DE LA PARROQUIA DE REMOLLON
Profundamente convencidos de sus deberes como Cristianos, los posaderos, los dueños de los pubs y cabarets están unánimemente decididos a llevar su trabajo, a partir de ahora, en un modo que no comprometa su conciencia.
De un modo acorde se comprometen ellos mismos ante Dios:
1.- Nunca servir carne en días en los que la Santa Iglesia prescribe abstinencia.
2.- No permitir a ninguna persona cantar canciones obscena o lascivas en sus cabarets, posadas o pubs, respectivamente.
3.- Nunca permitir en sus locales gente que profiera blasfemias contra Dios, impiedades o use mal lenguaje.
4.- Nunca permitir jugar a juegos prohibidos.
5.- Rehusar con tenacidad a server vino a aquellos que quieran beber en exceso.
6.- Cerrar puntualmente sus posadas, pubs o cabarets durante las celebraciones divinas, y durante las horas prescritas por la administración civil, y a no admitir a nadie durante aquellas horas. Una excepción es realizada para las posadas que puedan recibir extranjeros de paso.
Los artículos citados arriba estarán colocados en el Santuario de Nuestra Señora de Laus como un memorial permanente de la sincera, efectiva e inalterable voluntad de los posaderos, dueños de pubs y cabarets de Remollon, quienes guardan las santas leyes de Dios y de la Iglesia.
Dado en Remollon durante la Misión, el día dos de Febrero, en el año 1819