Mientras tanto, el primer grupo de Oblatos estaba ya en Oregón, esperando a los tres misioneros.
Eugenio suponía:
“No sé si se puede pensar en establecer la cristiandad entre los nativos; en ese caso dejaríamos actuar a la Providencia, y si nos llamara a hacer florecer la fe en esos lugares, espero no faltarán sujetos abnegados para consagrarse a ese ministerio”.
Carta al Obispo Guigues, Abril 13, 1850, EO I, núm. 131
Tuvieron éxito a pesar de todo lo que parecía estar en su contra. A principios de 1847 construyeron una capilla y casa de madera en el delta de los ríos Yakima y Colombia, dedicando la misión a Santa Rosa de Lima. La ubicación de esta misión no fue adecuada, debido a la falta de madera y tierra para cultivar, además de que no había un campamento Amerindio, por lo que los Oblatos no permanecieron mucho tiempo. Mientras tanto, el Padre Ricard estableció una fundación en la ribera sur de la bahía Puget Sound. A principios de 1848 y 1849, los Padres Chirouse y Pandosy, junto con los Hermanos Blanchet y Verney, fundaron tres misiones más a una distancia de cerca de 50 kilómetros entre ellas “a solicitud de los jefes de pequeñas tribus Yakima, que contaban con cerca de 150 a 300 personas cada una”, según escribió el Padre Ricard al Padre Faraud, el 10 de febrero de 1852. Los misioneros construyeron una capilla sencilla en cada lugar. Cuando llegaron a la región “no había parroquia, ni misión, ni capilla, ni casa”.
https://www.omiworld.org/lemma/oregon-united-states-1847-1860/
Ron Young (pág. 85): “Santa Rosa, Inmaculada Concepción, San José y Santa Cruz en la diócesis de Walla Walla eran un poco más que chozas en las áreas silvestres, distantes y poco atractivas. Pasó tiempo antes de que pudieran construirse mejor y cambiar su apariencia. Sin embargo, estaban bien situadas para interactuar con los pueblos nativos de la zona. Además, el Padre Chirouse tuvo la gran iniciativa de seguir a la tribu Kamiakin a su refugio invernal y establecer otra misión ahí para continuar la evangelización que había iniciado. Así, adaptó el lugar de la misión al estilo de vida de quienes servía”.
REFLEXIÓN
“Si no puedes volar, corre; si no puedes correr, camina, y si no puedes caminar, gatea. Sin importar lo que debas hacer, sigue avanzando”. Martin Luther King Jr.