SOLO DIOS PUEDE VALORAR EN ESOS HOMBRES ABNEGADOS TODO CUANTO SUFREN POR SU GLORIA Y LA SALVACIÓN DE LAS POBRES ALMAS VERDADERAMENTE ABANDONADAS

Al escribir a la Sociedad para la Propagación de la Fe y solicitar ayuda financiera para las misiones en el extranjero, Eugenio dio detalles de las misiones en Oregón y el Río Rojo.

“Comienzo por agradecer a usted y al Consejo la asignación concedida para las misiones atendidas por los Misioneros Oblatos de María.

No se imaginan las necesidades extremas de las misiones de Oregón y del Río Rojo, entre otras.

En Oregón están a punto de morir de hambre; los informes que recibo muestran a los misioneros obligados a comer perros y lobos como un gran regalo, a caminar descalzos a falta de poder conseguir zapatos, y obligados a vestir una manta cortada como especie de sotana. Comprenderán que no descuidé enviar lo que pudiera serles necesario, pero la travesía es tan larga para llegar a ese extremo del mundo, que han sufrido mucho con tan larga espera.

Los del Río Rojo viven en una atmósfera glacial y a tan grandes distancias unos de otros, cuesta una enormidad procurarles los alimentos más sencillos. Sólo Dios puede valorar en esos hombres abnegados todo cuanto sufren por Su gloria y la salvación de las pobres almas verdaderamente abandonadas”.

Carta al Presidente de la Propagación de la Fe, Marzo 20, 1850, EO V, núm. 11

Young p. 90-91:
“Permanecieron silenciosamente entre las tribus, aprendiendo poco a poco su forma de vida.  Aunque podían tener el bienestar de la tierra, no podían asentarse.  La comida escaseaba y después de haber terminado con todos los perros y lobos, debieron alimentarse de los caballos y ganado que habían esperado utilizar como bestias de trabajo.  Su dieta consistía básicamente de papas y la pesca del día.  Su ropa eran harapos y los zapatos no se sujetaban ya a los pies. Peor que la tortura física de su pobreza, era la de la soledad.  El lado positivo era que la misión seguía expandiéndose y llegando más efectivamente a los pueblos nativos.  Chirouse y Pandosy siguieron aprendiendo y mejorando en las lenguas nativas y viabajan entre los varios pueblos de su interés.  También aprendieron a cómo manejar la misión entre los nativos”.

REFLEXIÓN

“Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos y bautícenlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, enseñándoles a poner por obra todo lo que les he mandado. Y Sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos. (Mateo 28: 19-20)

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