A pocos días de su ordenación como sacerdote, el P. Grenier recibió su primera asignación misionera.
“Mi querido P. Grenier, hace días que quería escribirte, pero mis ocupaciones que siguen incrementándose todo el tiempo, me lo han impedido. Sin embargo, me apresuro a pedirte vengas cuanto antes conmigo. Para iniciar tu trabajo apostólico, te asigno a la misión de Argelia, donde te espera un bien inmenso. Nuestro objetivo es la conversión de los árabes. Ven cuanto antes. Dos irán a reunirse con tres de los nuestros que están ya trabajando. Trae todos tus efectos personales. Me despido por ahora en espera de abrazarte, y te bendigo mientras tanto”.
Carta al P. Ferdinand Grenier en Nancy, Octubre 26, 1849, EO IV (África) núm. 9
REFLEXIÓN
“Dios, envíame adonde sea, sólo acompáñame. Pon sobre mí cualquier carga, solo sostenme. Y nunca coloques en mi corazón lazo alguno, sino el que ate mi corazón al Tuyo”.
(David Livingstone)