EL SUBLIME SACERDOCIO CON TODOS LOS DONES DE DIOS QUE HARÁN FRUCTIFICAR TU MINISTERIO

La visita de Eugenio al área de Nancy incluía la ordenación sacerdotal de Ferdinand Grenier, aunque Eugenio tuvo que recortar su estancia para volver pronto a Marsella debido al brote de cólera.

“Comprenderás que siempre deseé imponerte las manos…  El buen Dios me ha privado de ese gozo y le ofrezco el sacrificio con la mayor resignación, …

Sobre mi corazón pesa la tristeza de haber viajado más de 200 leguas para tener el gozo de imponerte las manos y regresar sin haber podido darte con el sublime sacerdocio, todos los dones de Dios que harán fructificar tu ministerio. La vida nos trae estas cosas y al menos pude desearte todo lo que te atraerá las bendiciones más abundantes del Señor. Recibe entre las primeras felicitaciones la mía, abrazándote con todo mi corazón”.

Carta al P. Ferdinand Grenier en Nancy, Septiembre 13, 1849, EO X núm. 1019

REFLEXIÓN

Al considerarse siempre el padre espiritual de todos los Oblatos, Eugenio veía su paternidad duplicada cuando podía conferir el sacramento de la ordenación sacerdotal a alguno de ellos.

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