NADA SE COMPARA CON LA ALEGRÍA QUE ME DAN SUS CARTAS

En vez de desalentar a los jóvenes Oblatos a ofrecerse para ir a las misiones en el extranjero, los relatos de los Oblatos y sus retos para dar a conocer a Jesús Salvador, aviva en ellos el deseo de también ser valientes misioneros.

“Nada se compara con la alegría que me dan sus cartas. Primero salto al recibirlas, luego las leo una y otra vez, siempre con mucho gusto, luego se les leen a otros, quedando maravillados; porque no crean que el relato de sus fatigas y privaciones asustan a quienes suspiran por ir a las misiones, por el contrario, envidian su suerte y me piden con más insistencia ir a compartirlas. Por cierto, no crean que pienso apartarles de tan santa vocación, ni frenar su celo. Nada de eso”.

Carta al P. Pascal Ricard en Oregón, Agosto 1848, EO I núm. 100

REFLEXIÓN

Escuchar a nuestros Oblatos mayores narrar las aventuras de sus vidas misioneras nos inspira a emularlos y aplicar su espíritu a los retos actuales.  De la misma manera, escuchar a los antiguos cristianos contar las historias de sus vidas como seguidores de Jesús, nos inspira a desear vivir hoy con el mismo espíritu ¡Qué bendición tener a nuestros ancianos!

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *