NO OLVIDES QUE TU SALUD SE HA VUELTO DELICADA Y HAY QUE CUIDARLA

Eugenio ordenó a Joseph Arnoux al sacerdocio en la catedral de Marsella el 8 de abril de 1848 y lo envió a trabajar con los peregrinos a Notre-Dame de Lumières.  En una de sus primeras Misas después de la ordenación había tenido tos con sangre, normalmente una señal de tuberculosis, que ya había cobrado la vida de muchos Oblatos. El ministerio en el Santuario era demandante y Eugenio estaba preocupado por el joven de 23 años.

“Me enteré con mucho gusto que has realizado con valor el ministerio de servicio a los peregrinos; mi único temor es que tu salud se haya visto afectada por ello. No olvides que tu salud se ha vuelto delicada y hay que cuidarla. Así que, sea cual sea la concurrencia, no te arriesgues nunca a desvelarte. Acuéstate cuando debas descansar lo que sea necesario. Por querer hacer demasiado, podrías exponerte a llegar a la tumba. No temas decírselo al Padre superior, quien no conoce tu forma de ser y podría juzgarte por las apariencias.
Te felicito por tu primera experiencia con motivo de la fiesta solemne de nuestra buena Madre. Habrás recibido una buena parte de las gracias que da profusamente a quienes recurren a su poderosa protección.»

Carta al P. Joseph Arnoux, Agosto 20, 1848, EO X núm. 985

REFLEXIÓN

«El poder de la juventud es la riqueza común del mundo entero.  Los rostros de los jóvenes son las de nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. Ninguna parte de la sociedad puede igualar el poder, el idealismo, el entusiasmo y el valor de los jóvenes». (Kailash Satyarthi)

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