TODOS CONTRIBUYERON A LA MAGNIFICENCIA DE LA FIESTA Y LA ALEGRÍA PÚBLICA

La procesión fue un gran éxito, a pesar de la oposición de algunos en la ciudad, las autoridades militares y la prensa.

“La noticia de esta resolución llenó de alegría a los católicos y, a pesar de los comentarios de ciertas personas anunciando confusión, parece que la gente confiaba más en la seguridad que mostré, que en esos temores, y todos en las diversas cofradías y congregaciones se sintieron obligados a acudir a mi invitación a unírseme y glorificar a nuestro Salvador. Una gran multitud de señoras y señoritas de diferentes parroquias de la ciudad, los de la asociación para acompañar al santo Viático, los mayordomos, penitentes y el clero, se dirigieron a la catedral a la hora señalada y ninguna procesión fue tan bella y emocionante desde el cólera (1837) . Fue un concierto de alabanzas y admiración al que respondió toda la población. Todos contribuyeron a la magnificencia de la fiesta y la alegría pública. Ahora todo el mundo me felicita, y disfruto de una dicha verdadera, viendo cómo sucedió todo y con qué gran piedad se celebró la gran fiesta”.

Diario de Eugenio, Agosto 15, 1848, EO XXI

Algunos días después escribió a un Oblato:

“Aquí también tratamos de hacerla honrar lo mejor posible. Di orden de que la estatua de Ntra. Sra. de la Guardia fuera bajada para acompañar la procesión del Santísimo Sacramento, que hicimos con toda solemnidad. El 15 de agosto la santísima Virgen recibió el homenaje de mis diocesanos. Todo fue maravilloso, y debo felicitarme por haber resistido todas las insinuaciones que querían apartarme de hacer esta hermosa procesión. No se había visto algo semejante desde las procesiones del cólera, la misma diligencia, el mismo respeto, y además, una alegría general en toda la población. No es la única vez que he visto que hay gracias de estado”.

Carta al P. Joseph Arnoux, Agosto 20, 1848, EO X núm. 985

REFLEXIÓN

«Lourdes, donde los no católicos imaginan que damos a María una eminencia excesiva, es sin duda, el lugar en el mundo donde Cristo en la Eucaristía recibe la mayor gloria.  Es el único lugar en el mundo, donde bajo el velo de la Hostia, Cristo se mezcla con tanta gente y está tan cercano a ellos como fue en Su vida mortal.  Su madre pide por esos cuerpos y almas, y Cristo les cura.  La procesión del Santísimo Sacramento en Lourdes inicia en la Gruta, para mostrar que recibimos a Jesús por la Virgen. Ella, que estuvo de pie en el Gólgota, al pie de la Cruz de un Hombre condenado, permanece al lado del Rey de eterna gloria”.  (Francois Mauriac)

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