«SER» PARA «HACER» COMO OBISPO DE MARSELLA

Poco después de ser instalado como Obispo de Marsella a fines de 1837, Eugenio redactó un programa diario sin fecha, para oración y estudio, en medio de una atareada agenda de ministerio pastoral. Levantándose a las 5:30 am y yendo a dormir alrededor de las 11 pm, consideró varias horas para la oración. A continuación muestro todo el programa, pues nos da una buena idea de la importancia que Eugenio daba a la oración. Su ministerio provenía y era el resultado de su tiempo de comunión con Dios.

Rezo de la mañana, oración, misa, acción de gracias, horas menores, Sagrada Escritura, lectura espiritual, Vísperas, Completas, rosario, adoración, Maitines y Laudes, oración de la noche, examen. Calculo entre 4:30 y 5 horas.

Casi a diario, administración del Sacramento de la confirmación, lo que puede llevar una hora. Así pues, cerca de 6 horas para los ejercicios espirituales.

¿Qué queda para el estudio, cuando todo el día estoy a disposición de la gente? No obstante, debo encontrar tiempo para la correspondencia; dedicar dos o tres horas de cada martes al Consejo diocesano y el domingo casi completo a la iglesia.

No es fácil definir el momento adecuado para cada ocupación. Si pudiera acostarme a las 10, me levantaría a las 5. Pero lo más frecuente es ir a dormir casi a la medianoche y no a las 11. Fijo entonces levantarme a las 5:30, estar en la capilla un cuarto de hora después para la oración, decir la misa, acción de gracias y rezar las horas menores. Serán ya cerca de las 8 cuando salga de ella.

Como siempre me hacen perder mucho tiempo esperando mi pobre desayuno, subiré a mi cuarto en vez de ir al comedor y esperaré que me lleven el café leyendo la Sagrada Escritura.

Si pudiera contar con que no llegaran a mi puerta hasta las 10, despacharía muchos asuntos y escribiría muchas cartas, pero por experiencia sé que todos los días hay gente con mucha prisa, que no comprende razones. Habría que encontrar la forma de no estar atrapado hasta esa hora. De ahí hasta la comida del medio día, nada de descanso.

Después de la comida, unos instantes con la familia; luego tendría que ir a trabajar a otro lado diferente a la casa, de otro modo, se reanudan las visitas, que no terminan hasta la noche.

“Ejercicios Espirituales Diarios”, página sin fecha en algún momento después de 1837, EO XV núm. 189

¿Cómo sería un programa de oración y estudio similar que cada uno de nosotros preparara?

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