En verdad les digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. (Juan 6:47-48)
El Evangelio de hoy (Juan 6:44-51) reúne todos los temas que hemos visto estos días. La gente comenzó a tener un malentendido respecto al pan y Jesús les lleva paso a paso a la revelación total: deben creer que Él es el Pan de Vida que dio su vida en la Cruz para dar vida al mundo. El Pan quebrantado en la Cruz por nuestra salvación y el Pan que nos salva al recibirlo y hacerse una parte integral de nuestras vidas.
En 1807, Eugenio presenta esta convicción a su amigo, Emmanuel Gaultier de Claubry, quien era maltratado por ser cristiano:
No permita que las persecuciones que llegan le afecten, pues sabe que a eso estamos destinados, ya que el Maestro nos anunció que «seríamos odiados de todos por causa de su nombre» [Lc 21:17]. Por eso debemos ver como la mayor felicidad el soportar las diversas aflicciones que nos ocurren y las persecuciones a las que estamos expuestos, sabiendo que la prueba de nuestra fe nos da paciencia [cf St 1,2-3]. Recurramos a Dios con fervor y no quedaremos defraudados, porque el Señor tiene los ojos abiertos sobre los justos y los oídos atentos a sus oraciones.
El Papa Francisco nos invitó a tener un nuevo enfoque ante las dificultades: