EN SOLIDARIDAD CON LOS POBRES.

Henri Tempier escribió desde la difícil misión de Rognac:

Llegamos aquí el sábado por la noche… y solo después de dos o tres llamadas, retornamos a nuestro alojamiento, donde no encontramos nada. Tuvimos que ir por todos los alrededores para encontrar tres malos colchones de paja; el mismo bochorno e incluso mayor, para encontrar unas pocas rebanadas de pan y algunos platos. Al día siguiente, me enteré de que el Alcalde intentó poner todos los gastos de nuestra estancia en las cuentas municipales; entiende cómo aquello hubiera hecho que pareciéramos unos glotones. Inmediatamente escribí al Alcalde diciéndole que no queríamos nada de su dinero, ni el pan que intentó comprarnos a tan alto precio; sino que solo deseábamos la salvación de las almas y que comeríamos por nuestros propios medios.
Creo sinceramente que al Alcalde no le faltaba buena voluntad; pero estas buenas gentes son pobres… no podíamos aceptar lo que nos había ofrecido.
De este modo vivimos como apóstoles. No creo que el Bienaventurado Ligorio hubiese encontrado nada superfluo ni en nuestro mobiliario ni en nuestra comida diaria: tuvimos que batallar durante tres días para encontrar una señora que estuviera dispuesta a preparar nuestra modesta comida; finalmente, encontramos una y somos tan felices con nuestro estilo de vida que, si sólo tuviéramos eso, daríamos gracias a Dios miles de veces por habernos dado la oportunidad de poder seguir, aunque sea remotamente, las huellas de los santos y de ser misioneros de una vez por todas.

Carta de Henri Tempier a Eugenio de Mazenod, 16 de Noviembre de 1819,
Oblate Writings II.2, n. 20

Eugenio les animó afectuosamente:

¡Oh, qué bien os encuentro sobre vuestro montón de paja, con vuestra mesa más que frugal, que excita mi apetito! He ahí mi opinión, la primera vez que tenemos lo que nos hace falta. Terminad la obra sin aceptar nada de nadie, sin pagar; por eso no seréis desmentidos por nuestro santo patrono San Ligo- rio. Me atrevo a hablaros así, porque envidio vuestra suerte, y que si dependiera de mí, la compartiría. Os ruego sin embargo que no os falte lo necesario. ¿Habéis llevado azúcar? El P. Mye que está tan acatarrado, no podrá pasarse sin él.

Carta a Henri Tempier, 16 de Noviembre de 1819, EO VI n.47

 

“Una Iglesia servidora debe tener como su prioridad la solidaridad con los pobres.”   Claudio Hummes.

Esta entrada ha sido publicada en cartas y etiquetada como , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *