UN GENUINO DESEO POR LA UNIDAD
“Su acción debe manifestar también un verdadero deseo de unidad con todos aquellos que se reconocen discípulos de Cristo para que, según su oración, el mundo crea que el Padre le ha enviado (cf. Jn 17, 21). (Constitución 6)
En la época de Eugenio, no existía el concepto de ecumenismo como lo conocemos hoy. Trescientos años después de la Reforma Protestante, el antagonismo entre la “Iglesia verdadera” y quienes habían protestado y se “habían alejado”, seguía muy latente y se reflejaba en el vocabulario de la época, y por tanto, en los escritos de Eugenio. Sin embargo, en el centro de ello, encontramos que el corazón de Eugenio anhelaba su retorno a la Iglesia Católica Romana. En las misiones Oblatas y en la diócesis de Marsella encontramos muchas referencias a este suceso. El Obispo dirigió una carta pastoral a su diócesis, pidiéndoles pedir por “el retorno de Inglaterra a la unidad católica”:
“En nuestra diócesis, donde la comunicación con todo el mundo trae a diario personas de todas las religiones, las casi incesantes renuncias a manos de nuestros sacerdotes se basan constantemente en los mayores motivos, según atestiguamos. Estos valerosos actos nos revelan cada vez las almas de élite en las que trabaja el Espíritu Santo y donde se manifiesta la abundancia de gracia. La santidad de sus vidas da testimonio de la atracción divina a la que estas almas obedecen”.
Carta Pastoral, Diciembre 21, 1845
El amor de Eugenio por Cristo Salvador, le llevaba a desear una total unidad en Jesucristo con los cristianos de otras denominaciones. Actualmente somos llamados a desarrollar y profundizar “un verdadero deseo de unidad”. (C6)
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