LA ADMIRACIÓN DEL OBISPO EUGENIO POR LA FIDELIDAD DE LOS CATÓLICOS ORIENTALES QUE SUFREN Y SON PERSEGUIDOS  

 “Por amor a la Iglesia en las Iglesias locales donde trabajamos, coordinamos nuestra actividad misionera con la pastoral de conjunto y colaboramos fraternalmente con los demás obreros del Evangelio”.   (Constitución 6)

En sus muchos domos Bizantinos, el Obispo Eugenio muestra en la Catedral de Marsella, su entendimiento del vínculo entre el Oriente y la ciudad puerto, fundada hace cerca de 2600 años por colonizadores griegos.  En tiempos de Eugenio había una constante interacción entre el Este y el Oeste, debido a su posición marítima.  Las víctimas de guerra y persecusión del Medio Oriente se refugiaban en la ciudad, donde se asentaban.  Había una comunidad de católicos griegos y de católicos maronitas, de quien se sentía responsable pastoralmente, asegurándose de que hubiera iglesias y sacerdotes a su cargo.

En este contexto, Yvon Beaudoin escribió: “además de sus tareas pastorales, el Obispo era responsable de muchas otras preocupaciones que requerían paciencia y virtud, como la hospitalidad, la compasión y ayuda mutua para los católicos cuya fidelidad a la fe verdadera y valor ante los siglos de incomprensión, lucha y persecución admiraba”.

Hoy en día, ante la difícil situación de los países en el Medio Oriente, recordemos la preocupación de Eugenio por los refugiados y el sufrimiento en los países de donde provenían.  Que el espíritu “fraternal con los demás obreros del Evangelio” (Constitución 6), nos lleve a una oración ferviente y a la acción por la paz y a ayudar.

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