ESTOY CADA DÍA MÁS ADMIRADO DE TU ACTIVIDAD Y DE TU VALOR

“Querido Courtés, estoy cada día más admirado (no quiere decir que esté sorprendido) de tu actividad y de tu valor. Tu conducta desde que fuiste encargado de la difícil misión de Limoges está por encima de todo elogio. Has mostrado lo que acostumbras ser, bendigo a Dios mil veces por haberte puesto en esta prueba para mostrar a todos los recursos de tu espíritu y de tu corazón, cuando te pones manos a la obra”.

El P. Courtès había sido miembro de la Congregación de la Juventud del Fundador desde 1817 y fue una de las primeras vocaciones en convertirse en Misionero de Provence. Fue amigo y confidente de Eugenio toda su vida. Siendo tímido y propenso al pesimismo, pasó la mayor parte de su vida como  superior de la comunidad de Aix en Provence. Había sido elegido para iniciar la primera comunidad Oblata en Limoges por ser una fundación desafiante, con mucha oposición del clero local. Courtès, quien fuera imbuido del espíritu de Eugenio, era la persona idónea para comenzar la nueva comunidad con una base sólida de acuerdo a nuestro carisma.

“¡Qué diferencia con esa vida sedentaria e insuficiente para un alma llena de energía como la tuya! También es de lamentar que varias veces quise evitar la quietud que neutraliza gran parte de tus cualidades, hasta este momento en que se presenta la oportunidad para hacerlas valer.
Es grato para mi poder decir que apruebo por completo todo lo que has hecho desde que te di la dirección de nuestro establecimiento en Limoges. Solamente temo a veces que no cuides tu salud lo suficiente, pero Dios nos ha mostrado venir en ayuda de quienes solo buscan su gloria y el éxito del santo ministerio a su cargo. No dejo de reconocer el esfuerzo que tendrás que hacer para comunicar tus ideas a quienes te sucedan…
 
6 de mayo. ¿Adivina quién me impidió ayer continuar mi carta? Tu padre y hermana vinieron expresamente para comentarme sus temores sobre ti. Los tranquilicé mostrándoles tu carta”. 

Carta al P. Hippolyte Courtès, Mayo 5, 1848, EO X núm. 975

REFLEXIÓN

“Confía en que puedes, y ya tienes medio camino recorrido”.  (Theodore Roosevelt)

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