Eugenio escribió el 22 de junio, Fiesta de Corpus Christi:
“Durante el oficio vinieron para darme varios avisos muy alarmantes. Los obreros rebelados habían construido barricadas, la tropa de línea y la guardia nacional estaban armadas, etc. Quise terminar el oficio de este gran día y de regreso a casa, fui informado de los desastres del día:
Las barricadas fueron levantadas muy tarde, perdiéndose varios hombres.
Nuestros Padres del Calvario y del seminario acudieron a los alrededores del lugar de combate para dar la absolución y extremaunción a los heridos en peligro de muerte.
Estuve tentado a presentarme como mediador, pero fui disuadido, asegurándoseme que los agitadores me dispararían. Así pues, me conformé con rezar a Dios por todos…”.
Diario de Eugenio de Mazenod, Abril 23, 1848, EO XXI
Hubenig nos narra:
“El cierre de los talleres el 22 de junio causó disturbios masivos. Conocido como “Días de Junio”, se alargaron por tres días en París, diseminándose a muchas otras partes del país. El ejército tuvo mil bajas, y varios miles de trabajadores murieron en los enfrentamientos. En Marsella, donde los disturbios eran feroces, el Obispo de Mazenod canceló la procesión de Corpus Christi, declarando: “la sangre francesa que corrió por las calles de nuestra ciudad, la cubrió con un velo fúnebre”.
(Living in the Spirit’s Fire página 166).
REFLEXIÓN
“¿Cómo detenemos la violencia, el saqueo y los disturbios? La forma de detenerlos es asegurándonos de que la gente tenga lo necesario para prosperar”. (Alicia Garza)