La violencia del día anterior había sido suprimida y el Obispo Eugenio encabezó un servicio de acción de gracias. La ciudad y sus habitantes estaban bajo la protección de «la Bonne Mère» (la Buena Madre), cuyo santuario se alzaba en la colina más alta de Marsella.
“Subí al santuario Nuestra Señora de la Guardia y celebré una misa de acción de gracias por haber sido salvaguardado, al igual que toda nuestra ciudad que está bajo la protección de esta Buena Madre, de la catástrofe que los bandidos nos habían preparado”.
Diario de Eugenio de Mazenod, Abril 29, 1848, EO XXI
REFLEXIÓN
«Confiemos a su intercesión nuestra oración diaria por la paz, en especial los lugares donde es más feroz la lógica sin sentido de la violencia, para que toda la gente se convenza de que en este mundo todos debemos ayudarnos mutuamente, como hermanos y hermanas, y construir la civilización del amor”. (Papa Benedicto XVI)