DIOS ACABA DE SALVARNOS DE UNA GRAN DESGRACIA

“Aviso de que los tipos malos, furiosos por el resultado de las elecciones que atribuyen a la influencia del obispo y del clero, vendrán esta tarde para romper los cristales del palacio episcopal y a incomodarme. Por ello no saldré de mi casa y los aguardo con pie firme”.

Diario de Eugenio de Mazenod, Abril 27, 1848, EO XXI

Al día siguiente escribió:

“Dios acaba de salvarnos de una gran desgracia. Era muy distinto a romper los cristales lo que se proponían los canallas a las órdenes de ciertos agitadores. En el complot que fue descubierto, se trataba nada menos que de incendiar el puerto y el obispado, y al llegar a prestar auxilio, se proponían saquear primero el Monte de Piedad y la ciudad entera, además de que el robo y asesinato habrían sido parte del  horrible desorden. Los invocados se habían reunido en una casa en una calle paralela a la avenida de las Capuchinas y fue allí donde la guardia nacional, que ya había arrestado a algunos de ellos que iban a la cita, apresó a un gran número que estaban armados hasta los dientes y provistos de teas incendiarias. Los periódicos están llenos de detalles de esta atroz conspiración“.

Diario de Eugenio de Mazenod, Abril 28, 1848, EO XXI

REFLEXIÓN

“¿Qué ha logrado la violencia? ¿Qué ha creado alguna vez?  Ninguna causa de un mártir ha sido silenciada por la bala de un asesino. Ningún agravio ha sido corregido por los motines y desórdenes civiles. Un francotirador es solo un cobarde, no un héroe; y una turba sin control o incontrolable solo es la voz de la ira, no de las personas”. (Robert Kennedy)

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