VEO ALGUNA DIFICULTAD EN LA COMPRA DE UNA VACA

Normalmente me enfoco en los extractos más espirituales de los escritos de San Eugenio. Aparte de dirigir una enorme diócesis, una Congregación misionera y sus actividades, ¡también opinaba sobre lo mundano!

“Mi querido hijo, el P. Tempier no ha regresado aun de un pequeño viaje que tuvo que hacer, por lo que entonces daré respuesta a la carta que acabas de dirigirle. Estoy completamente de acuerdo en que se deshagan de sus caballos. No veo por qué privarse de 600 francos de renta que produciría su prado, por el gusto de alimentar a dos animales casi inútiles…

Me hablas de un viaje por mes y veo alguna dificultad en la compra de una vaca. Ese animal consumirá su heno y quedarán entonces sin el ingreso del prado. En verdad necesitan abono, pero aunque puedan conseguirlo engordando cerdos, cuya venta cubre el gasto que ocasionan, pienso que también se podría conseguir a buen precio en el pueblo vecino. Sin embargo, sería oportuno tener una cabra que proveyera leche a nuestros Padres, que podrían necesitarla”.

Carta al Padre Etienne Semeria en Vico, Córcega, Agosto 24, 1843, EO X núm. 813

Me recuerda a una gran mística, Santa Teresa de Ávila, quien decía que encontraba a Dios entre las ollas en la cocina.

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